Mi trabajo no es nada.
Es grano en desierto exuberante,
gota en un diluvio interminable,
piedra en una montaña donde
la cima es inalcanzable.
Es insignificante.
Me he esforzado
hasta que la energía se ha acabado.
Por mil caminos he probado,
sin lograr lo deseado.
Ante los ojos crueles del fracaso
me encuentro en estos momentos,
le he entregado mis sueños
y se ha convertido en mi dueño.
Soy ejemplo de intento fallido,
del haber querido mucho
y acabar teniendo
un futuro podrido.
Y es que soy la certeza
del tiempo perdido,
de que con las ganas
no consigues nada.
Tengo que seguir intentando
lograr algo que ya he olvidado,
pues el fracaso se ha llevado
la ilusión del trabajo alcanzado.
No he conseguido más
que sentirme cual muñeco roto,
los dos servimos
para bien poco.
Así que entre objetivos muertos
y metas inciertas,
me toca mirar a los ojos del fracaso
y suplicarle una tregua
para conseguir seguir en este planeta.
¡Hola!
ResponderEliminarEnserio chica, cada día voy más enamorada de estas entradas.
Besos<3
Uf, que triste este poema. Te deja un poco mal.
ResponderEliminarMe encanta lo que escribes. Unos días algo más alegres que otros, pero escribes muy bonito niña.
ResponderEliminarNo dejes de hacerlo nunca.
B7s ♥
Leo la lluvia caer
¡Hola! Me ha gustado mucho este escrito, espero que no dejes de hacerlo porque lo haces de maravilla :3 ¡Nos leemos!
ResponderEliminarJazmin - Navegando entre Letras
Hola guapa!!!
ResponderEliminarTe voy a dar la enhorabuena porque no soy mucho de poesía pero este me ha gustado mucho. Gracias por compartirlo.
Un beso!!!
¡¡Hola!!
ResponderEliminarAyyyy que bonito y que triste a la vez. Me encantan estos poemas que tienen un no se qué que te toca por dentro. ¡Genial!
Un besote grande grande
Alejandra - Creando Océanos